Artículo publicado por nuestro compañero Gerardo Roger Fernández.
Los lamentables procesos de especulación y de corrupción urbanística acaecidos durante los años del desarrollismo desde la década de los 60 del siglo XX, junto al incumplimiento del derecho constitucional a la vivienda, han generado una mala imagen social y una mala reputación al Urbanismo español, que viene a deslegitimar injustamente y de manera globalizada la vieja y noble actividad pública y profesional del planeamiento y de su ordenación urbanística.